domingo, 4 de septiembre de 2011

Con el tiempo aprendí que todo lo que tenes y por lo que luchas no te llena, que esa persona que algún día te dijo ‘’te amo’’ es más importante que todo, mas importante que un sueño, pero a la vez sabes que ese sueño es tu futuro. Aprendí que las cosas que creías que eran inútiles ahora son necesarias, que las palabras no son promesas, que se necesita de hechos para la seguridad de esas palabras.Aprendí que siempre hay verdad detrás de cada broma, algo de necesidad detrás de cada “dejame sola”, algo de amor detrás de cada “te odio”, algo de emoción detrás de cada “no me importa”, un poco de dolor detrás de cada “estoy bien”, y muchas palabras detrás de cada silencio. Aprendí que quien no te busca, no te extraña, y quien no te extraña, no te quiere. Que el destino determina quién entra en tu vida, pero tú decides quien se queda. Aprendí que la verdad duele una sola vez, y la mentira cada vez que nos acordamos. Aprendí que hay tres cosas en la vida que se van y no regresan jamás, “las palabras, el tiempo y las oportunidades” y tres cosas que pueden destruirte, “la mentira, el orgullo y el no perdonar.” Aprendí que ser frío, no tener sentimientos, ser superficial, no demostrar ni una pisca de ternura, no decirle “te quiero” ni “te amo” a nadie, no saber lo que es sentir cariño, ser duro de pensamientos y palabras, demostrar lo que eres y que no te importa nada, no se llama ser malo, se llama evitar tener desilusiones, porque cuando fuiste un amor de persona te hicieron mierda los sentimientos. Aprendí que pueden decirte cien mil cosas bonitas y llevarte al cielo, pero sólo un acto puede hacerte caer al piso. Aprendí que si te necesitan te buscan, y si no te encuentran no sirves, aprendí que el orgullo vale menos que el amor y sin embargo no nos damos cuenta y a veces ya es demasiado tarde. Aprendí que si te aman, te tienen que amar por sobre todo sin importar nada. Aprendí que un acto vale más que mil palabras. Aprendí que no a cualquiera se le llama amigo, que prefiero tener pocas personas al lado pero personas de verdad. Aprendí a valorar a esos que me importan de en serio, esos que están siempre y sin condiciones, esos que me sacan una sonrisa hasta cuando no quiero sonreír.

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